En los últimos años, el gin-tonic, se ha convertido en el combinado de moda por excelencia. Ha pasado de ser una bebida digestiva, que generalmente consumía un público más mayor, mezclando exclusivamente Larios con Tónica, a ir adquiriendo cada vez más popularidad en sectores más jóvenes y transformarse en un auténtico cóctel y todo un arte.
En el año 2011, empezó la fiebre del gin-tonic en nuestro país. Fue decisivo en este impulso, la apuesta que hicieron por el gin-tonic como digestivo los grandes chefs de restaurantes con estrellas Michelin. Berasategui y Arzak fueron pioneros en el País Vasco y Adrià institucionalizó esta bebida como combinado de moda a principios de los 2000, dando lugar a toda una revolución en el mercado de las ginebras y tónicas.
No obstante, la historia del gin-tonic se remonta mucho tiempo atrás. Empezó empleándose con fines medicinales y su origen data del siglo XIX, cuando los soldados de las colonias inglesas en India, empezaron a tomarlo como remedio ante la malaria.
Y es que, la tónica contiene quinina, un alcaloide que permite acabar con los parásitos del paludismo. Debido al sabor amargo de esta bebida, los soldados ingleses comenzaron a mezclar la tónica con ginebra para mitigarlo y así surgió el gin-tonic como remedio para la malaria.
Dos siglos después, los usos de este combinado son completamente diferentes y en la última década, ha ido formándose todo una cultura alrededor de esta bebida alcohólica.
Uno de los motivos de esta revolución es que se trata de una bebida que se puede personalizar. Es posible elegir el tipo de ginebra, de tónica, así como el aderezo con el que vamos a potenciar nuestro gin-tonic.
Pero no todo vale, hay que conocer los ingredientes botánicos de una ginebra y sobre todo, no excederse en el uso de los mismos. Algunos de los más utilizados son bayas enebro, canela, pimienta rosa, cardamomo, jengibre, nuez moscada, regaliz, vainilla, clavo, anís estrellado, piel de cítricos, pétalos de rosa, hibiscus y todo tipo de fruta deshidratada.
Todas estas especias y condimentos, deben emplearse con mesura y no convertir nunca el arte de preparar este cóctel en una “ensalada”. Con más de tres botánicos ya puede empezar a catalogarse como “huerto” y la ginebra perderá su carácter.
Por ello, hay que usarlos con cuidado y a medida en función del gin-tonic que queramos preparar, teniendo en cuenta las características y propiedades de cada uno de los elementos incorporados, desde la ginebra, hasta la última corteza de limón. Menos es más.
Finalmente, toda esta fama y revolución por el gin-tonic, ha llevado a esta bebida a ocupar un hueco en nuestro calendario, convirtiéndose el 19 de Octubre, en el Día Mundial del Gin-Tonic.
Y ahora bien, ¿crees que estamos ante una moda o se trata de una cultura? En Adereza lo tenemos claro, el gin-tonic ha venido para quedarse y cada día ocupa una parcela más amplia en el mercado.